El
videoclip no nació con la MTV, sólo ayudo a popularizarlos y
llevarlos a la gran masa. Si nos atreviésemos a decir algo sobre su
concepción podíamos llegar a la conclusión que fue Disney el gran
percusor.
Son
largos los ejemplos de realizadores que han venido del mundo
videoclip y que esa estética la han logrado plasmar en sus filmes,
nadie entendería el mundo de David Fincher si no ha visto Express
yourself de Madonna o Michael Gondry sin algún video de Bjork.
Aunque
Sean Baker no haya flirteado con el videoclip, si que en su película
Tangerine se nota la influencia del género.
Tangerine
podía ser una mezcla entre Slacker de Richard Linklater y Spring
Breaker de Harmoni Korine, el primero por el mundo que retrata y el
segundo por la velocidad con la que está rodada. Las primera
imágenes de Spring Breaker eran una gran orgía de color y sexo en
Tangerine se nos muestra el caos que durante toda la película vamos
a presenciar.
El
film narra la historia de unos transexuales el día de nochebuena, la
infidelidad del amor de su vida hace a Sin-Dee, una de la
protagonista, se ponga a buscar como una posesa a un tal Charlie, que
por un momento parece el Godot de Beckett
al que nunca conoceremos.
La
película está rodada integramente en la caótica ciudad Los Ángeles
donde muchos van a cumplir sus sueños, aunque tengan que pagar por
llevarlos acabo, Alexandra alquila el local para cantar y no es el
dueño que la contrata para amenizar la velada, uno de los momentos
más emotivos. Como dice una de las protagonistas Los Ángeles es la
ciudad de la fantasía que disfraza toda la mierda y así muchas
películas la han retratado desde Mulholand Drive hasta algo tan
popular con Pretty Woman.
Aunque
por momentos parezca una Vidas Cruzadas del mundo Trash; Tangerine
es un gran traveling donde la historia del armenio taxista la
prostituta amante son algunos de los muchos personajes secundarios.
El director se pudo ahorrar todo el drama familiar y la película
hubiese sido redonda, no hacía falta más muestras de la falsa
apariencia.
El
film no frivoliza sobre el mundo transexual, no hay un momento
cómico, es todo tan crudo y real, que navega en una pequeña
melancolía de sueños rotos.
Toda
la película es una gran farsa, pero en sentido positivo, grabada en
tonos amarillos para resaltar ese contraste entre la navidad que les
han vendido y la navidad o vida que les ha tocado interpretar.
Y
todo esto transcurre en un día, donde al amanece la protagonista que
recibe el nombre de Sin-Dee , diminutivo de Cindirella, se nos
muestra como la protagonista del cuento, pero cuando termina la noche
es toda decrepitud. Un cuento al revés no es el príncipe quien
busca a Cenicienta, es la plebeya quién busca al ansiado heredero.
Una
pequeña película de la que se hablará mucho en el futuro.
Nota:
8