En plena polémica nacional por el derecho al aborto. Se estrena 4 meses 6 semanas y dos días.
A finales de la década de los ochenta muchas mujeres rumanas con embarazos no deseados decidieron abortar en la clandestinidad. Como en otros países incluyendo el nuestro hace treinta años, estás mujeres asumían un riesgo tanto físico como social. La posibilidad de ir a la cárcel por este hecho delictivo las amenazaba.
Como en toda prohibición el pueblo creó para burlar tal veda. Y así los salvadores de estas pequeñas tragedias hacían lucrativos negocios, aprovechándose de la desesperación de la víctima.
La película está contada con una suave crueldad. Son los personajes los que guían la cámara, convirtiéndose en su testimonio.
En el transcurso de la primera media hora, se nos presenta el ambiente donde viven las protagonistas. Una escuela mayor donde el cutrerío es palpable; camas metálicas, paredes pintaras a la cal y pequeños ornamentos. En este mismo entorno, cerrado el comercio de bienes prohibidos era una práctica diaria donde se trapichea con cigarrillos, maquillajes incluso la píldora.
Las protagonistas a pesar de vivir en un régimen asfixiante son conscientes de la existencia de otra realidad.
Como en todo régimen existen los privilegiados que se burlan de los verdaderos héroes de la patria. La escena de la cena donde una de la protagonista celebra el cumpleaños de de la madre del novio es muy descriptiva. La burla de su origen la amonestación por fumar delante de sus futuros suegros.
La película se resuelve de forma muy digna, sin caer en los tópicos. Son las dos protagonistas las que pierden la inocencia, una con un aborto otra con una violación. Precio que ha de pagar para que la otra disfrute de su liberación.
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