21 de noviembre de 2006

MIRADA ENFERMA

Los extremos siempre se tocan. Quien iba a decir que la agonía del comandante sería igual a la del difunto Papa. Uno ladeaba la cabeza hacia un lado otro se balancea al vals de la muerte.

Extremos que, ven más de los que unos ojos sanos son capaces de avistar.

Ejemplo de esto es el artículo publicado por el magazine de la “escritora” Lucia Etxebarria. Según ella la película de Scorsese tiene otra trama.




Donde los demás vieron "una alegoría sobre la ambigiiedad

ética" o "un tratado del enga­ño" yo sólo vi una película gay, muy gayo Hablo de "Infiltra­dos", que me parece que habla más sobre la ambigiiedad sexual que sobre le ética.

La chica de la película se pasa la cinta entera vestida de hom­bre. Incluso en la única (y sosí­sima) escena "erótica" (es un decir) de la historia lleva pues­ta una camisa masculina. Cuando se la quita revela un conjunto de bragas negras y sujetador blanco. ¿Fallo garra­fal de la estilista -presunción dudosa dado el estratosférico presupuesto de la producción-

o efecto óPtico intencional para

que parezca que no lleva sujetador y re­cuerde a un efebo? También dan que pen­sar escenas como el encuentro con la mafia china. en una especie de cuarto oscuro de bar de Chueca en el que los malosos chinos más que temerarios forajidos parecían re­cién salidos de la revista "Vanidad" (uno, a la izquierda, tenía más pinta de geisha que de gángster); o cuando en la oscuridad de un cine X, Jack Nicholson casi obliga a Matt Damon a chuparle la polla ... que re­sulta ser un vibrador; o la persecución de DiCaprio a Damon a través de un sórdido callejón, la cámara siempre centrada en el (estupendo) trasero de Damon, escena que
parece recién salida de una peli de Bruce La Bruce; o las llamadas jadeantes y anónimas de móvil a móvil de DiCapno a Damon y vi­ceversa, que sonaban, más que amenaza­doras, propias de un amante tímido. Y, ''last but not least", el hecho de que durante toda la película los rudos protagonistas se espeten unos a otros: "Chúpame la polla, maricón", "que te den por el culo", "este sargento está tan loco por mi culo que si se lo dan a oler se tira en plancha", y otras lin­dezas semejantes.

Sé que muchos no van a estar de acuerdo con mi interpretación. Sin embargo, son

infinidad los articulos críticos escritos s'o­bre el homoerotismo de las películas de Scorsese, muy especialmente en "Raging Bull". Y como el espacio que me dan es exi­guo, no me da tiempo a meterme en más elucubraciones, pero conste que yo estoy muy de acuerdo con la teoría de Foucault de que tanto en individuos como en socie­dades muy reprimidas sexualmente la vio­lencia actúa como vía de escape para subli­mar otros instintos., Y todos los lectores saben que las películas de Scorsese son muy muy muy violentas.

Otra película también violenta y de reparto casi exclusivamente masculino, "Days of

. glory" ("Les indigenes"); muestra asimis­mo un punto de homosexualidad sugerida: la historia del soldado que se desvive por un sargento y que muere intentando sal­varle. Ambos acaban yaciendo juntos, uno alIado del otro, pero cadáveres. 10 que en Scorsese era un apabullante despliegue técnico, y un guión retorcido a base de in­genioso, que se quedaba, a mi juicio, en ar­tefacto pirotécnico, brillantísinio pero va­cío, se convierte aquí en una profundísima reflexión sobre la xenofobia, el racismo y la hipocresía de las llamadas sociedades "ci­vilizadas" que para colmo pretenden impo­ner sus valores a las demás.

Y esta diferencia entre la exhibición de la violencia como juego, entretenimiento y diversión o como incitación a la reflexión es la que me lleva a recomendarles, encareci­damente, "Days of glory".


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