11 de mayo de 2008

CHAPTER 27


Si alguna encuesta recogiera las opiniones de los ciudadanos sobre los hechos más relevantes en la década de los ochentas entre ellos estaría el asesinato de John Lennon. Hecho infortunioso que lo convirtió en un mito.
En todo acontecimiento inesperado un mar de conspiraciones creció alrededor. Si un asesinato en nombre de la C.I.A…
Libros y cine se frotaron las manos ante tal inmensidad de materia que podían sacar de ahí. Y así nacieron muchas fracasadas obras. Entre estas esta Chapter 27.
Chapter 27 se centra en el asesino Mark David Chapman y sitúa la historia en los días previos al parricidio. La narración se sitúa en la mente del criminal bajo cuyo ángulo pretende pintar la historia. Esta decisión conlleva un riesgo que casi siempre cae por el lado menos deseado. Meterse en la mente de un asesino es complicado sobre todo cuando como en este caso se pretende realizar un examen exhaustivo de una realidad real y de una realidad creada. Si es cierto que una mente perturbada carece de una visión acertada de esa realidad. Ello justifica a muchos directores hacer verdaderos disparates incurriendo casi siempre un una marabunta de despropósitos Así vemos un personaje obsesionado con el Holden Caulfield protagonista de una de las obras cumbre de la literatura americana “El guardián entre el centeno” al que pretende emular, integrado y evadido de una realidad que deambula sobre su creación.
A la desesperada de intentar sostener la historia el director introduce personajes en el deambular del Chapman. Una joven con la que establece una ligera cercanía a través de su admiración por Lennon.
El error del realizador y guionista reside en no haber subsanado las respuestas que en el transcurso de la película un espectador normal que no conozca mucho el tema se pueda plantear. ¿De donde venía? ¿Quién es esa mujer con la que habla por teléfono? ¿Por qué todo el mundo que custodia el edificio Dakota lo llaman por su nombre de pila?... Y un sinfín de preguntas.
Si es posible decir ciertas verdades. La película fue y es un claro lucimiento de su protagonista Jared Leto que soñó con una nominación al Oscar. Pero sin lugar a dudas la publicidad gratuita de la cuestionable Yoko Ono al descalificar tal trabajo ha ayudado a que muchos se acerquen a verla.
La única virtud del filme es su cuidada y acertada ambientación. (Algo hay que salvar)
La cinta es una de las tantas seudo-cine intelectual que se presentó en ese festival independiente llamado Sundance. Que desde hace un par de años ha dado unos muy mediocres filmes “Quinceañera” quedando lejos aquellos años de “Sexo mentiras y cintas de video”

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