15 de octubre de 2006

DEL PAPEL AL FOTOGRAMA


La literatura es al cine lo que el fútbol es al deporte. Las adaptaciones literarias se han venido realizando desde la aparición del cine.

El cine mudo dio sus primeros coletazos dejándonos pequeños ejemplos de obras como Death of Nancy Sykes de Charles Dickens.
Con la aparición del cien sonoro las adaptaciones literarias sufrieron un auge con títulos míticos como “Cumbres Borrascosas” de Emile Broten o Oliver Twins de David Lean.

En los años 30 surgen las vanguardias. Movimientos artísticos que afectaron a todos los campos del arte literatura, cine, pintura… y que Llevó a la unión de las diferentes artes. Sólo cabe recordad los títulos de créditos de “Recuerda” con los cuadros de Dalí; adaptaciones de obras de Lorca y las películas del incorruptible Luis Buñuel.

Reflejar en pantalla todo un universo literario es imposible. Y aunque existen grandes obras maestras, también hay un número importante de mediocres filmés.
¿Cómo plasmar el pensamiento interior de una persona? ¿Cómo enmarcar un dialogo y los personajes?
Al trabajo de un buen guionista que adapte la obra se suma la colaboración de un staff que asesora en las recreaciones que sean más fidedignas. Un órgano compuesto por todo una gama de profesionales historiadores, pintores, arquitectos…

Pero no todo son obras de arte en la literatura. Y muchas veces ha acontecido que obras literarias de menor calidad sean superaras o igualadas en su adaptación cinematografía. El caso más clamoroso es “Matar aun ruiseñor” de una buena novela se hizo una obra maestra. Es imposible no identificar a Gregory Peck con Atticus Finch. En el otro extremo. “El padrino”, “Lo que el viento se llevo” de una pésima novela una gran película Y así múltiples ejemplos

Recientemente se ha estrenado en España la adaptación de la novela del enfant terrible de la literatura francesa Houellebec.
El hombre perdido; el peso del sexo como poder supremo masculino. Temas recurrentes en el universo de Houellebec se encuentra en esta novela. Hecho que no ocurre en la película.
La película peca de pretenciosa y políticamente correcta. El festín erótico de bajada al infierno del personaje aquí es una versión edulcorada a la altura del cine de tijera y censura. Las descripciones de los personajes también se han rebajado. Estos se mueven por argumentos ya relamidos en otros filmes. El amor obsesivo, la inmadurez en la madurez… (Véase Intimacy de Patrick Chereau). El resultado ha sido un film ya visto en infinidad de ocasiones.

No hay comentarios: