4 de octubre de 2006

SALVADOR (PUIG ANTICH)


Fue un 2 de marzo de 1974 a las 9:40…

Miedo hemos pasado muchos de los que hemos visto Salvador. Nosotros nacimos con la incipiente democracia. No sufrimos los azotes del régimen fascista de Franco. Aquel donde se tapaba la boca al que disentía, y se mataba para salver la patria.
Pero no hay que equivocarse: “Nuestra generación es hija de la libertad” pero la libertad se conquista día a día.

La película de Manuel Huerga se centra en el último hombre ejecutado por el dictador Franco.
Los últimos coletazos del régimen se cebaron sobre aquellos jóvenes que vieron la posible libertad. Manifestaciones estudiantiles y pequeñas huelgas obreras fueron duramente reprimidas por el yugo franquista.
Pero algunos ante tanta sinrazón confundieron objetivos y medios. Y se lanzaron a una lucha sin límites. No midieron las consecuencias. Consecuencias que fueron crueles para muchos entre ellos Salvador.
En un momento en que había que buscar culpables un simple luchador es condenado a garrote vil.

La película comienza con la detención de Puig Antich. Primer susto, creemos que vamos a caer en los tópicos de este tipo de films. Y sólo nos van a contar el terrible hecho sin explicar lo anterior.
Pero pasado este susto comprobamos que si; se nos muestra lo necesario para amortiguar la película.
Al contar una historia tan dura es fácil caer en la sensiblería y así sucede en lo largo del film. Pero Huergas sale airoso de ellas; la razón la propia historia.

Hace unos días en un periódico donde se publicaba una entrevista a una hermana de Salvador. A la pregunta si la película era fiel al personaje y a los hechos. Respondió de forma afirmativa. El tiempo puede ampliar o duplicar las emociones, aunque en la película existe libre interpretación de los hechos descritos en el libro de Escribano en que se basa . El dolor sufrido no lo cura el paso del tiempo.

Todo se desarrolla en una cuidada ambientación y la impresionante y difícil interpretación hecha por Daniel Brühl.
Huergas consigue al final de la película remarcar quienes fueron los verdaderos verdugos de aquella época.

Mención especial requiere la bella banda sonora de LLuis Llach. El final amenizado con la estremecedora “I si canto trist” hace que el público permanezca sentado en sus butacas hasta finalizar los créditos. .


Film necesario cuando hay gente que intenta contarnos cuentos de aquella oscura época.
Es recomendable leer el artículo del País del 1 de octubre de 2006 sobre Puig Antich de Marcos Ordóñez

1 comentario:

Anónimo dijo...

En el concierto de LLuis LLach ayer en Zaragoza, tambien se hablo de Puich Antich, de aquellos tiempos y de sus hermanas.
http://pasapues.blogia.com/2006/102802-lluis-llach-en-zaragoza.php