18 de febrero de 2009

SLUMDOG MILLIONARIE




Algunas voces dicen que el cine está en crisis; estás hablan de la existencia de una corriente dedicada al plagio sin ningún rubor pero, esta afirmación; ¿es correcta? o responde más a una estrechez de miras? uno se inclinaría por lo último y así se entiende la fascinación por productos supuestamente novedosos pero que en realidad son propios de principiante. Danny Boyle es un director crecido en un supuesto cine indie-comercial, su mayor contribución ha sido Trainspotting y desde ahí sólo se ha dedicado a plagiar y hacer productos para el consumo populista.
Slumdog millonrie no supone ningún punto de inflexión en su creación es una continuidad de un cine pretencioso y aburrido. La película comienza con una persecución por las calles de Mombay de dos niños, la escena es acompañada con grandes artificios visuales y música estridente y cansina. Desde ese momento la película se convierte en una continua búsqueda de la complicidad con el espectador mediante situaciones facilonas en busca de la sonrisa y la lagrima del espectador; el niño que con el propósito de conseguir un autógrafo de su ídolo, se tira a una fosa llena de mierda (el protagonista de Trainspotting nadaba dentro de un váter), el explotador de niños, la historia de superación y toda una concatenación de sucesos metidos a golpe para hacer funcionar un guión del peor cine comercial. Este deseo de agradar al espectador y de la rapidez de su filmación conlleva una falta de profundidad en los personajes que se convierten en meros modelos indios sin capacidad alguna para transmitir cualquier emoción, únicamente la coreografía del final.
Pero esta forma de rodar no es nueva hace pocos años Fernando Mirello realizó una ambiciosa y fallida recreación de la vida en las favelas de Rio de Janeiro todo aderezado con una estética de videoclip y pretendida realidad, pero existe una ligera diferencia entre el producto de Mirelles y el de Boyle uno es nativo de ese lugar y el otro rueda en lugar desconocido y en una cultura totalmente desconocida, de ahí que la película se dedique a plasmar los clichés del cine de Bollywood y sólo consiga un retrato kitsch de una realidad bastante dura.
Es curioso que este producto tenga éxito y que las distribuidoras no comiencen a comercializar con películas de la meca del cine indio, material tiene suficiente pues es el país es el que mayor número de filmes produce al año, eso si la calidad es muy cuestionable.
Merece una mención especial su soundtrack de A.R. Rahman compositor de partituras bastante respetables como las que hizo para otra película "india" “Agua” otra producto fruto de la globalización.
Es sumamente preocupante que esta película este recibiendo premios por el ancho mundo y deje fuera a filmes más respetables como es el caso de Revolution Road.
Puntuación. 3

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