17 de octubre de 2006

MUNDO GLOBAL









Decía aquel famoso hombre inventor de una de las grandes empresas religiosas. “El trabajo santifica.
El hombre nace, crece se reproduce, (si le apetece) y muere por narices. En el intermedio que va entre el nacimiento y la muerte el hombre trata de sobrevivir. Sobrevivir implica satisfacer las necesidades básicas. Una de ellas es la alimentación.
La alimentación que es la necesidad calórica que nuestro cuerpo necesita. Se consigue a través de actividades directas o indirectas. Directas; aquellas en las que existe en la producción del alimento y su logro se lleva por la persona que luego lo va a consumir. El cazador el pescador o el agricultor cuya actividad tiene como destino su autoconsumo. Y la forma indirecta es aquella en que el hombre consigue los alimentos a través de la interacción o intercambio de unos elementos por otros.
El intercambio primitivo de trabajo por alimento ha evolucionado al trabajo por dinero y este por alimento.

El trabajo es la fuente de subsistencia; su antónimo una lacra social.
El hombre únicamente se realiza personalmente a través del trabajo realizado. Que le permita vivir y además ser consciente de su potencial. Ahora bien la realización completa sólo tiene lugar en aquellos casos en que nuestro trabajo nos permita explotar nuestras cualidades.
Pero la mayoría de la gente no esta en el trabajo que le gustaría. Consecuencia de ello se desliga todo los males actuales.

El año pasado en el festival de Venecia se presento en competición una película WORKINGMAN´S DEATH. En la que a través de 6 capítulos se hacía un recorrido por aquellas actividades “de tercera” que en la actualidad aún siguen vigentes.
Trabajos todos ellos englobados en el primer sector.

En el primer capitulo. Varios mineros de Ukrania relatan como es su trabajo en la mina y su propio mundo. El capitulo discurre entre túneles de menos de 50cm de alto y donde la oscuridad es permanente en las largas jornadas de trabajo. Un trabajo únicamente realizado pro seres marginales como ellos se denominan.

En el segundo capitulo. Nos sumerge en el propio infierno. En Indonesia se encuentran unas de los importantes yacimientos de azufre. Azufre explotado por trabajadores sin ninguna protección y sin ningún recurso. Únicamente unos viejos paños para taparse la cara y unas cestas para trasportar la mercancía. Mercancía que muchas veces sobrepasa los 100KG. Episodio donde vemos como el mundo privilegiado entra en contacto con este “submundo” a través de mecanismos propios de las sociedades del Bienestar. El turista que contempla como exótico el trabajo realizado por estos seres.

Tercer capitulo. Uno de los más duros. No por el contenido sino por el continente de imágenes salvajes de sacrificio de animales. Animales que son matados para el tráfico de pieles y otros menesteres.

El cuarto capitulo. Bastante relevante. En Pakistán existe una zona cerca del mar. Donde los viejos buques van a morir. Los habitantes de esa zona se dedican al desguace y la venta de la chatarra que se desprende de de ello.


El penúltimo capitulo. Se sumerge en la próxima potencia mundial; China. A través de los viejos hornos de fundición japoneses

En el último episodio. Somos testigos como el primer mundo ha transformado y aprovechado los restos de aquellos que en una época fueron sus lanzas de la economía.


Los seis episodios son relevantes a la hora de mostrar como esta distribuido el mundo en la actualidad. En una sociedad en la que los trabajos de 3º categorías se lo dejamos a las manos más necesitas.
En la extensión mundial hemos convertido a los países tercermundistas en los vertederos globales y en los los que explotamos sin impórtanos quines son las victimas de esta barbarie.













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