En una clase de treinta niños. Cada uno con sus características el que haga más expolio haga es el que gana. Se convertirá en el centro de la clase. Consiguiendo muchas veces marcar los pasos del aula. Unas veces esta situación anómala es corregida por medio del aislamiento del cáncer. Erradicado el problema los conflictos importantes vuelven a surgir.
Estamos viviendo en estos momentos; como el niño mimoso de la clase dirige nuestras vidas. Un niño que no deja escuchar los verdaderos interrogantes de este momento y del que viene.
Ante la intensa pataleta hemos cedido muchas veces dar el chupete al mimoso, para dejar de escuchar sus agotadores gimoteos.
Pero esto es todo un premio para el agitador que repetirá tales mañas.
En la actualidad estos sollozos caprichosos nos están impidiendo afrontar los grandes problemas de próximo futuro. Solos algunos con potentes amplificadores han hecho que centremos la vista en lo importante.
Tal como el cine ha plasmado en innumerables películas los tiempos futuros van a ser muy problemáticos. Mad Max hablaba de un futuro pintado por un gran desierto donde el agua es todo un lujo. O Blade Runner un mundo oscuro con gran tecnología pero personas totalmente alienadas. O recientemente Children of Man. Un mundo apocalíptico, de violencia, y tremendas desigualdades, donde la innovación quedo estancada.
Cual de estas tres visiones se acerca a la realidad? Pues señores las tres. La escasez de agua va marcar nuestra futura existencia. Será un recuso escaso que como todo aquel, generara tensiones, provocara guerras y será propiedad de unos pocos. Que despilfarraran sin ton ni son.
La alienación del individuo no lo estamos viendo ya? En trabajadores de aquellas grandes empresas que después de una semana y previo lavado de cerebro se convierten en clonados soldados de un poderoso emperador.
Y las desigualdades tan persistentes de hoy; que serán aumentadas en el mañana.
Pues para nuestra preocupación y desconcierto estos próximos conflictos. No están siendo afrontados como verdaderamente se merece. Ni desde el ámbito privado e individual por faltas de miras ni en el público. Muchas veces por puro interés personal o grupal. En este país no estamos viendo como el agitador se lleva el gato al agua.
Mientras tanto; el tiempo pasa, y los problemas crecen. El ruido del niño esta siendo tan insoportable que guía nuestra vista hacia él. Ocultando los verdaderos problemas que algún día tendremos que hacer frente. El temor es si cuando tomemos cartas en el asunto no será demasiado tarde.
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